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Descubrimiento de Brasil |
El Brasil Colonial comprende el período entre la llegada de los portugueses, en 1500, y la independencia del país, en 1822. Desde el 1500 hasta 1530 la explotación del territorio brasileño, entonces conocido como Terra de Santa Cruz (Tierra de Santa Cruz), se limitaba a expediciones para recolectar y transportar pau-brasil (palo-brasil), una madera noble muy apreciada en el continente europeo.
En ese período los holandeses, los ingleses y sobre todo los franceses también exploraron la costa. Pese a que no firmaron el Tratado de Tordesillas (un acuerdo entre Portugal y España que, en 1494, repartió las tierras recién descubiertas entre los dos países), esas naciones enviaban misiones a Brasil para extraer madera, principalmente.
Con el objetivo de asegurar el control del territorio, en 1534, el rey de Portugal, D. João 3º, decidió dividir Brasil en 15 lotes o capitanías hereditarias. Las áreas se les otorgaron con carácter vitalicio y hereditario a los ciudadanos de la pequeña nobleza portuguesa, conocidos como donatarios. Los donatarios de las tierras tenían el deber de gobernar, colonizar, proteger y desarrollar la región con recursos propios.
El sistema de capitanías hereditarias no prosperó por muchas razones. Entre ellas, la poca experiencia de los donatarios para gestionar los territorios y las dificultades de comunicación y locomoción. Muchos decidieron renunciar a los lotes a los que tenían derecho y regresaron a su tierra natal. Las excepciones fueron las capitanías de São Vicente y de Pernambuco, que prosperaron gracias a los lucros obtenidos con la caña de azúcar.
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Tratado se Tordesillas |
A raíz de ese fracaso, la Corona Portuguesa estableció un Gobierno General en Brasil en 1549 para centralizar la gestión y reforzar el control de la colonia, pero las capitanías hereditarias continuaron existiendo como unidades administrativas.
Solamente en 1759 las capitanías hereditarias dejaron de existir y dieron lugar a las capitanías generales. También fue en ese período cuando se instauraron las primeras cámaras municipales, regidas por ricos propietarios, que definían los rumbos políticos de las villas y ciudades. La capital de Brasil durante ese período era Salvador, puesto que la región Nordeste era la más desarrollada y rica del país.
La base de la economía colonial era el ingenio de azúcar, que utilizaba mano de obra africana esclava y cuyo objetivo principal era la venta de azúcar al mercado europeo, además de producir tabaco y algodón.
Brasil se convirtió en el mayor productor de azúcar durante los siglos 16 y 17. Las principales regiones azucareras eran Bahía, Pernambuco, parte de Río de Janeiro y São Vicente (en el estado de São Paulo). El Pacto Colonial impuesto por Portugal establecía el monopolio comercial entre la colonia y la metrópoli. Brasil vendía metales, productos tropicales y subtropicales a precios bajos, establecidos por la metrópoli, y le compraba manufacturas y esclavos a precios más altos, garantizando así el lucro de Portugal.
En este período la sociedad colonial ya tenía ciertas características bien establecidas, situándose los señores de ingenios en el vértice de la pirámide social, seguidos por una clase media formada por funcionarios públicos, arrendatarios, militares, comerciantes y artesanos. En la base de la sociedad estaban los esclavos, de origen africano, considerados simples mercancías.
A finales del siglo 17 las exportaciones de azúcar brasileño comenzaron a declinar, como consecuencia de su producción del mismo producto en las islas de Centroamérica. Portugal empezó a buscar nuevas fuentes de ingresos y se inició el ciclo del oro en Brasil. Las expediciones de bandeirantes (pioneros), a finales del siglo 17, descubrieron minas de oro en las regiones donde hoy se encuentran los estados de Minas Gerais, Goiás y Mato Grosso. La nueva actividad económica resultó en la transferencia de la capital de la colonia de Salvador para el Río de Janeiro.
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Tiradentes |
El traslado de la corte portuguesa a Brasil (1808-1821), como consecuencia de la invasión del territorio portugués por las tropas de Napoleón Bonaparte, se considera el marco inicial del proceso que culminó con la proclamación de la independencia. Con la presencia de la familia real portuguesa, Brasil asumió posiciones más de metrópoli que de colonia.
El período colonial se inició en 1500 con la llegada de los portugueses, y terminó en 1822, con la independencia del país
El 9 de diciembre de 1821 llegaron a Río de Janeiro una serie de decretos que determinaban la abolición de la Regencia y el retorno inmediato de D. Pedro de Alcântara a Portugal, la obediencia de las provincias a Lisboa (y ya no a Río de Janeiro) y la supresión de los tribunales de Río.
Alarmada con la posibilidad de una recolonización, la élite brasileña que defendía la emancipación del país apoyó al Príncipe Regente para que permaneciera en Brasil. El 7 de septiembre de 1822, en los márgenes del riachuelo Ipiranga, D. Pedro pronunció la famosa frase "¡Independencia o Muerte!", rompiendo los lazos de unión política con Portugal. El 12 de octubre de 1822, el Príncipe se convirtió en Emperador y recibió el nombre de D. Pedro 1º, siendo coronado en la capital el día 1 de diciembre.